BUENOS AIRES.- Se abrió el telón y salió a escena. A disputar la instancia que más le gusta, esa que intriga, porque con sólo un paso en falso puede quedar fuera de todo. Pero Boca jugó a lo que sabe, contra una Unión Española que no fue para nada simple, pero al que no le alcanzó para quebrar a un "xeneize" que pelea todo. Fue 2 a 1 para el local y todo quedó en suspenso.
El primer tiempo fue un show azul y amarillo, con Román Riquelme mentalizado en realzar a los suyos. Con él como figura el equipo no tenía cómo fallar, por eso llegó el primero. Una gran combinación del 10 y Darío Cvitanich en plena área terminó con un zurdazo impecable del astro que estampó el primero de la noche y alimentó como nunca la esperanza aruiazul. La contra cara llegó con el dolor de Pablo Ledesma. El volante recibió un planchazo infernal en la pierna derecha (ver "Preocupación"...) y salió en camilla. Eso fue anuncio de lo que vendría en el complemento. Los chilenos comenzaron a adelantarse sin descuidar la defensa y con eso pudo lastimar.
Franco Sosa despejó mal una pelota y de cabeza asistió al contrario para la corrida que lo dejó solo frente a Agustín Orión. Sebastián Jaime fusiló al 1, empató el trámite y silenció a todos. El "xeneize" salió a remediar el error. Otro gran pase de Román cayó en los pies incansables de Pablo Mouche y el 7 tiró el centro a la olla. En lo alto encontró a Santiago Silva, que cual verdadero "Tanque" acomodó un cabezazo al costado del palo y lo gritó como nunca, porque en el último minuto le salvó las papas al grupo y lo dejó con vida de cara a la vuelta del miércoles, en tierras trasandinas.
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