El humorista gráfico falleció ayer en el Instituto de Diagnóstico, adonde había sido internado por un cáncer. Nacido en Salta, en 1948, muy pronto se mudó a Adrogué, Buenos Aires, cuyos vecinos fueron los primeros testigos de su talento para el dibujo. Con tintes irónicos y reflexivos, sus primeros trabajos se publicaron en Tía Vicenta. "Sólo en dos números, porque el segundo decreto de Onganía ordenó cerrar la revista", comentó él.
Después de dibujar para Panorama, Siete Días, Satiricón y Primera Plana, entre otras publicaciones, ingresó a Clarín en 1968. El diario, que hasta entonces compraba tiras de humor extranjeras, había decidido reformular su contratapa con viñetas realizadas por argentinos.
"Me pidieron que convocara a más dibujantes jóvenes. Llamé a Fontanarrosa, Crist, Bróccoli y, tiempo después, a Trillo y Altuna, que hicieron 'El Loco Chávez'", recordó Caloi durante el discurso que dio en la Legislatura porteña, cuando fue nombrado Ciudadano Ilustre.
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